10 cosas de parlamento abierto que podemos aplicar en Panamá para mejorar nuestra Asamblea Legislativa.

8 de Julio de 2020

VIDEO COMPLETO DEL FORO LLEVADO A CABO EL 03 JULIO 2020

No hay que ser un experto en legislación para saber que el asunto parlamentario en Panamá no va bien. A todas luces, hay una falta de voluntad por parte de quienes dirigen el Poder Legislativo de la nación y el cambio, además de necesario, se ha hecho urgente. La pregunta es ¿cómo lograrlo?

Bajo este escenario, transformar la Asamblea se divisa como una misión difícil porque requiere de mucha voluntad, no solo de los políticos, sino de la sociedad civil que debe involucrarse en la construcción de mejores estructuras que nos permitan proteger la democracia.

Y aunque es un reto, no es imposible. Basta con mirar qué han hecho algunos países de la región en su camino hacia el parlamento abierto (un nuevo modelo de gestión legislativa que establece una nueva relación entre los parlamentarios y los ciudadanos).

Este fue el tema que reunió a los expertos en materia legislativa Mauricio Alarcón-Salvador, Director Ejecutivo de la Fundación Ciudadanía y Desarrollo (Ecuador); María Barón, Directora Ejecutiva de Directorio Legislativo (Argentina); María Inés Solís, miembro del Consejo de ParlAmericas y Diputada de la República de Costa Rica y Juan Diego Vásquez, diputado independiente de la República de Panamá, en el foro Asamblea Nacional, transparencia y pandemia, organizado por la Fundación Libertad Ciudadana – capítulo panameño de Transparencia Internacional en alianza con Espacio Cívico, realizado vía Zoom el viernes 3 de julio de 2020.

¿Qué podemos aprender de los vecinos de la región?

En términos de parlamento abierto, la experiencia de países como Ecuador, cuya Asamblea Nacional fue la primera en activarse en la región para implementar sesiones virtuales la misma semana en la que fue detectada la emergencia por COVID 19 en ese país, y Costa Rica, cuyos primeros pasos en parlamento abierto iniciaron en 2014, nos indican lo siguiente:

1.  El Parlamento no debe únicamente cumplir con la generalidad que manda la ley. La información parlamentaria debe ser proactivamente compartida e incluir la información de los roles y funciones del parlamento, así como información que se genere durante el proceso legislativo: el texto de la legislación aprobada, las enmiendas, los votos, la agenda entre otros.

2. Los ciudadanos deben tener acceso a la información completa y detallada del presupuesto parlamentario, así como información de los antecedentes, actividades de los diputados que les permita tomar decisiones y detectar posibles conflictos de interés

3. La tecnología es una herramienta que facilita la transparencia, y no debe ser utilizada solo durante la pandemia. En Ecuador cuentan, incluso, con una aplicación para teléfonos celulares con información general desde donde se puede chequear en tiempo real las votaciones de sus diputados.

4. La sociedad civil debe exigir que la Asamblea se adapte al siglo XXI, pues mantiene estructuras y funcionamientos que tuvieron origen en su creación en el siglo pasado. Vivimos en una realidad tecnológica, dinámica y compleja. Las instituciones deben estar a la altura de la circunstancia y de su tiempo.

5. No se trata solamente de poder agendar una reunión online, sino entender por qué debemos adaptarnos y resolver de manera remota. Esto servirá para atender otros problemas, como legisladores que no necesariamente puedan viajar todas las semanas para estar físicamente ahí, por ejemplo.

6. En el caso de Costa Rica, las nuevas generaciones de diputados son quienes han tomado la bandera para instituir la política de parlamento abierto en la Asamblea.

7. Costa Rica cuenta con una Política Institucional de parlamento abierto que orienta las acciones de la Asamblea en favor de la apertura legislativa. Dicha iniciativa fue producto del esfuerzo de diputados, funcionarios, miembros de la sociedad civil y el apoyo de una delegación internacional de ParlAmericas.

8. Costa Rica cuenta con un Protocolo de acceso a la información que vela por el cumplimiento del principio de transparencia y el derecho al acceso a la información pública basado en tres principios: no discriminación, eficacia y responsabilidad. Las sesiones plenarias y las reuniones de las comisiones se transmiten en vivo por redes sociales y medios de comunicación tradicional, incluyendo la radio, para que la información pueda llegar a todos los rincones de país.

9. En Costa Rica la votación de los diputados es electrónica y de inmediato pueden verse los resultados.

10. El Parlamento costarricense cuenta con parlamentos cívicos, para promover el desarrollo de propuestas legislativas por parte de la sociedad civil en temas específicos (como el medioambiente y el agro).

Son muchas las buenas prácticas que podemos emular de estos países. Panamá tiene el potencial para embarcarse en la ruta del parlamento abierto, pues cuenta con elementos que los demás países de América Latina no tienen: como la normativa interna, oportunidades que da Panamá en relación a la consulta ciudadana y las asambleas juveniles.

Necesitamos la voluntad y el apoyo de la sociedad civil para que exija a sus representantes que traigan al poder legislativo al siglo XXI y apoyándose en la transparencia para eliminar cualquier rastro de opacidad, abran el parlamento para eliminar de raíz el clientelismo y la corrupción.